Fumas.
Dices que te he vencido mordisqueandote el labio mientras me miras, tontito tierno.
Y te enganchas.
So slowly loquito.
Dices que no tienes armas pero quisiera ser papel y tabaco.
Y aquí me tienes entre un quiero y no puedo,
con tus caricias de aroma a café y biblioteca,
calientes, suaves.
Subliminalmente y por debajo de la mesa,
me llamas sin que se oiga y voy.
Dices que no tienes armas...